Ramírez siempre ha estado ahí junto a ti. Cada nuevo año, siglo y también en el nuevo milenio. Ha crecido sin mirar atrás, confiando en su capacidad y solvencia a golpe de iniciativa. Un valor añadido que es ya marca de la casa y que ha sido el pilar con el que sostenerse en los malos momentos, reinventarse y sobreponerse a las dificultades. Un modo de trabajar con el que hemos alcanzado nuestro objetivo: contribuir al progreso, generando riqueza y calidad de vida para ti y las generaciones venideras.

Hacerlo realidad es la ilusión con la que nos levantamos cada día. Apostando primero por la vivienda y poco a poco por ideas más ambiciosas como la edificación, ampliación o la rehabilitación en obra pública, obra civil o el sector terciario, apostando por la industria o el mantenimiento de infraestructuras, donde damos servicio a miles de personas cada día. Siempre procurando un impacto positivo.